martes, 28 de marzo de 2006

QUIERO QUE RECUERDES CONMIGO

¿Recuerdas que cuando nos veíamos siempre te llevaba regalos? Eran cosas sencillas, cosas que bajaba de internet porque consideraba que valía la pena hacerlo. Porque pensaba que eran cosas que tú deberías conocer, porque de alguna manera yo quería que te dieras cuenta de que había un mundo fuera del circulo en el cual vives hasta el momento.
Aún recuerdo tu expresión cuando te leí el cuento de Anaís Nin y me dijiste que todos mis escritores y artistas favoritos eran personas que sufrían demasiado. También cuando te acomodabas en el asiento del auto para escucharme hablar acerca de Frida Khalo... O cuando te conté la historia de la Monja Alferez... O cuando te conté de la ópera al aire libre en el Foro de la Universidad de Concepción: "Me gusta la ópera... aunque gritan mucho..." me dijiste. Yo reí. Tú me miraste y me besaste...
A veces pensaba que te aburrías de mi, pero a veces tú también me contabas cosas respecto a tu mundo, a tu vida, a la gente que te rodeaba, a la vida que tenías cuando no estabas conmigo. Incluso una vez me trajiste un regalo... aún tengo el cd de Sui Generis que copiaste para mi.
Me tenías mucha paciencia.
De hecho, tú me dijiste un día que yo no tenía nada que hacer estudiando historia, que con lo alegona que era por la injusticia social y mis deseos frustrados de hacer que la gente conociera la verdad de las cosas, tenía que estudiar derecho o periodismo... Te hice caso en el último punto.
Yo me pregunto, si no hubiesemos terminado y yo no hubiese querido cerrar ese capítulo radicalmente, dejándolo todo en Concepción para estar aquí, encerrada en mi mundo, donde ya no te pudiera ver... ¿Que sería de nosotros? ¿Estaríamos juntos?
Un día, en un cyber que estaba en la Esquina de la Calle O'Higgins en Concepción, buscando cualquier cosa en el ciberespacio encontré esta pintura de Magritte...



Recuerdo que la imprimi, me conseguí un trozo rectangular de cartón piedra, pegué la pintura impresa en hoja de oficio tamaño carta sobre él y luego lo forré con esos plásticos que se usan para envolver cosas.

"Toma" te dije "Es para tí... es una pintura de René Magritte... te la regalo
porque cuando la vi pensé que éramos nosotros."

La miraste un par de minutos, me mirabas a mi y luego volvías a mirarla

"¿Como se llama?" Preguntaste.

"Les amants... Los amantes".

Hace dos semanas te envié un mail con la dirección del Blog. Si escribo esto es porque sé que tú vas a leerlo. Es que quiero invitarte a recordar conmigo.

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