No es novedad para nadie el revuelo que ocasionó en Chile el Concierto que U2 realizó en el Estadio Nacional el 26 de Febrero. Todos esperaban expectantes a que el grupo irlandés liderado por Bono les deleitara con sus maoyres éxitos en una noche hecha solo para ellos.
Pero el recuerdo de la segunda visita del cuarteto autor de canciones como "Where the streets have no name" se verá marcado no sólo por el exitoso recital, sino también por una polémica que comenzó cuando a nuestro Presidente Ricardo Lagos se le ocurrió regalarle algo típico de nuestro país y no se le ocurrió mejor idea que regalarle un charango...
Pero el recuerdo de la segunda visita del cuarteto autor de canciones como "Where the streets have no name" se verá marcado no sólo por el exitoso recital, sino también por una polémica que comenzó cuando a nuestro Presidente Ricardo Lagos se le ocurrió regalarle algo típico de nuestro país y no se le ocurrió mejor idea que regalarle un charango...
Ahí se cayó Señor Presidente!!!El viernes en el diario LUN (Tengo acceso frecuente a ese diario porque mi señor padre no lee otro), leí en la página dos esto:
"MUSICOS BOLIVIANOS INDIGNADOS PORQUE LAGOS LE REGALÓ UN CHARANGO A BONO"
Al leerlo no puedo negar que reí. Si, porque me dije a mi misma que este tipo de cosas sólo puede pasar en Chile, pero también me hizo replantearme otra cosa: ¡Cuanto alegan los bolivianos! ¡Cuanto gritan y pelean por defender lo suyo! Y es algo totalmente válido, totalmente imitable si tomamos en cuenta que acá en Chile a quien baile cueca lo tratan de picante o de huaso, en el sentido despectivo de la palabra. Pero tampoco podemos ignorar que en parte lo de Bolivia tiene su historia, una historia que viene desde hace unos añitos en relación con lo que ellos sienten que Chile les arrebató... No tienen mar y eso les hiere en su orgullo y es una petición y exigencia recurrente hacia nosotros, que se vió claramente viva cuando Meza le exigió a Lagos el mar... y nuestro Presidente le dijo simplemente NO. Ahora, cuando todo parecía ir bien entre el saliente Richi y el entrante Evo en Bolivia, todo retrocede un poco por culpa de un charango. Estoy segura de que Bono nisiquiera se imaginó esto, que una pequeña guitarrita, con un sonido tan hermoso, fuera el foco de un pequeño conflicto entre países, al que hoy se sumó Perú de la mano del más eximio charanguista de aquel país, Jaime Guardia, no para ayudar a Bolivia a defender sus derechos sobre este altiplánico instrumento musical, sino para decir que los bolivianos se equivocan al decir que el charango es de ellos, pues es peruano de tomo y lomo. El señor Guardia asegura que los Bolivianos:
Las cosas las quiere resolver Evo enviándole una misiva al vocalista de U2 en donde le aclara que el charango de la discordia es Boliviano, no chileno, no peruano... BOLIVIANO!!! Y para resolver el entuerto este le va a regalar a nuestra flamante Presidenta Michelle Bachelet un charango como regalo al asumir el mando este 11 de Marzo.
Bono se preguntará con la cartita entre sus manos: ¿De quien es el charango entonces? Bueno, la respuesta la puede tener el charanguista Ítalo Pedrotti, en una declaración que le hizo a LUN el día de hoy:
Hay que hacerle caso al Señor Pedrotti, el instrumento no tiene país definido, porque se formo entre todos nosotros: chilenos, bolivianos, argentinos y peruanos. Por ahí leí esta frase referente a este caso:
"Siempre han querido adjudicarse todo... "Según el pasquin farandulero, Bono, muchas veces nominado al Premio Nobel de la Paz, nunca se habrá imaginado que aceptando el famoso charango iba a provocar una suerte de polémica tripartita entre los otrora enemigos históricos en Guerras como la del Pacífico, o la que nuestro país lideró en contra de la Confederación Perú-Boliviana.
Las cosas las quiere resolver Evo enviándole una misiva al vocalista de U2 en donde le aclara que el charango de la discordia es Boliviano, no chileno, no peruano... BOLIVIANO!!! Y para resolver el entuerto este le va a regalar a nuestra flamante Presidenta Michelle Bachelet un charango como regalo al asumir el mando este 11 de Marzo.
Bono se preguntará con la cartita entre sus manos: ¿De quien es el charango entonces? Bueno, la respuesta la puede tener el charanguista Ítalo Pedrotti, en una declaración que le hizo a LUN el día de hoy:
Señores, estamos ante una verdad absoluta, el charango es tan nuestro como de cualquiera que pueda decir lo contrario, perfectamente el Señor Nestor Kirschner le pudo regalar el famoso charango a Bono:"ES UNA DISPUTA ABSURDA, EL CHARANGO ES QUECHUA
El charanguista Italo Pedrotti, futuro magíster en musicología, asevera con vehemencia que el charango no le pertenece ni a Perú ni a Bolivia ni a Chile, porque la pequeña guitarra que llegó desde España en el siglo XVI: No responde a referencias geopolíticas, sino culturales en ese sentido a lo más le pertenecería a la cultura Quechua que está repartida en Perú, Bolivia, Chile y Argentina. El charango es anterior a estos estados, por eso es una disputa absolutamenteabsurda. Los instrumentos no pertenecen a los países. Es tan ridículo como si dijeran que el piano es alemán. Es increíble como un instrumento tan pequeño puede generar tanta polémica."
"Tomá Bono, aca tenés un instrumento típico del norte de la República Argentina, un hermoso charanguito"...Aunque como mi imaginación es fértil, tal vez ahi los chilenos, los charanguistas nacionales estarían alegando en contra del país de los gauchos con boleadoras diciendo que nosotros somos los padres legítimos del instrumento hecho con caparazón de quirquincho, pero conociendonos, quitados de bulla como somos, ni nos importaría tamaño escándalo por nada... creo yo.
Hay que hacerle caso al Señor Pedrotti, el instrumento no tiene país definido, porque se formo entre todos nosotros: chilenos, bolivianos, argentinos y peruanos. Por ahí leí esta frase referente a este caso:
"El charango es chileno... boliviano, depende de donde sea el quirquincho"...LES QUEDÓ CLARO???
No señores, el CHARANGO SOLO LE PERTENECE A BOLIVIA, pues nacio en tierras quechuas del norte de potosi-Bolivia.el hecho que se use y toque en sus paises noles da el derecho ni la titularidad propietaria del instrumento boliviano. Querer minimizar o ignorar el ORIGEN de las cosas despersonaliza el ser de las cosas. Es tanto como si quisieramos quitarle la nacionalidad a las personas,o el nombre y apellido que diferencia a las personas...asi que respeten la identidad cultural del pueblo de bolivia, y no traten de apropiarse de lo ajeno con razonamientos transnochados,si quieren que algo les pertenezca a su pais, tiene que crearlo un quechua chileno, ese no es el caso del charango boliviano. Ah y gracias por apreciar(y codiciar) la hermosa, unica y amplia cultura boliviana!
ResponderEliminarLes mando esto con la esperanza de que entiendan para qué sirve la historiografía:
ResponderEliminarDesconocer el origen del charango es desconocer a Potosí
El charango es el resultado de la modificación de la vihuela de mano, un proceso cultural que se operó en Potosí, en el siglo XVII, en un momento histórico en el que esta ciudad era el centro económico del mundo, por la ingente explotación de la plata del Cerro Rico y, por tanto, dio lugar al florecimiento de muchas artes.
Como consecuencia de la bonanza económica de ese tiempo, en Potosí florecieron las artes y algunos ejemplos de ello son, en Literatura, la pieza de teatro más antigua de Sudamérica, “Comedia de Nuestra Señora de Guadalupe y sus milagros”, escrita por fray Diego de Ocaña en 1601, y la mayor expresión poética del barroco mestizo, “Del Parnaso antártico de obras amatorias”, que Diego Mejía de Fernangil escribió en Potosí y publicó en Sevilla en 1608.
A este mismo periodo pertenece un manuscrito que un indígena, Francisco Tito Yupanqui, escribió en Potosí relatando las penurias que sufrió para tallar una imagen de la Virgen María. Para hacerlo, se inspiró en la advocación de la Virgen del Rosario que corona el altar del templo de Santo Domingo pero, como la jerarquía eclesiástica de La Plata le negó los permisos para realizar la obra, se llevó su talla a su tierra natal, Copacabana. Allí, entregó su escrito a Alonso Ramos Gavilán que lo incluyó en su obra “Historia del célebre santuario de Nuestra Señora de Copacabana y sus milagros e invención de la cruz de Carabuco” y lo publicó en Lima, en 1621, con el título de “Relato de las dificultades para tallar una imagen de la Virgen”. Esa es la prueba concluyente de que la Virgen de Copacabana fue tallada en Potosí.
El movimiento económico que generaba Potosí la convirtió en la Nueva York de su época y es por eso que muchas manifestaciones artísticas nacieron en esta ciudad. El del charango es el mismo caso de la salteña que llegó de España como “empanada flamenca” y se convirtió en la “empanada de caldo” que en tiempos republicanos fue rebautizada como “salteña”.
Con el charango pasó algo similar: llegó como vihuela de mano, se ejecutó profusamente en Potosí, en los tiempos en que las artes llenaban las casas de los potentados de la época, muchos de ellos indios, y, con el paso de los años, sufrió modificaciones por los ejecutantes nativos hasta convertirse en el instrumento de ese nombre.
El mayor investigador del charango, el maestro Ernesto Cavour, afirma que en “el año 1616 Potosí ya contaba con un coliseo propio donde las artes alcanzaron su esplendor, desde representaciones de teatro indígena hasta obras de populares y clásicos españoles, quienes cantaban y bailaban al son de sus vihuelas, instrumento que se adentró al corazón del indígena boliviano para perdurar a través del tiempo, dando lugar al nacimiento del charango después de librar procesos de transculturación, aculturación como remedo, afecto, prestigio, curiosidad, etc.”.
Agrega que “han sido los indígenas explotados durante la colonia en la Villa Imperial de Potosí los que moldearon e hicieron el charango imprimiéndole sus sentimientos, sus nostalgias, sus penas y toda su alma; y fueron los arrieros indígenas, transportadores de minerales y productos necesarios para garantizar la vida y la estancia de la Villa Imperial de Potosí, los que tomaron el modelo más pequeño por liviano y portátil para llevarlo por esos caminos de herradura como un compañero vital de esas largas y penosas travesías, costumbre aún arraigada en Bolivia donde los campesinos atraviesan serranías, valles, llanos, y se detienen en poblados o tambos con este instrumento llamado charango…”.
(CONTINÚA EN EL SIGUIENTE MENSAJE=
=CONTINUACIÓN DEL ANTERIOR MENSAJE)
ResponderEliminarEl testimonio público y eterno de su conversión está en la portada del templo de San Lorenzo, tallada entre 1728 y 1744, donde aparecen los seres pisciformes conocidos como Quesintuu y Umantuu interpretando el charango a dos manos. Asimilados con las sirenas occidentales, estos seres forman parte de la teogonía andina y, según los indicios referidos por Ludovico Bertonio, son dos hermanas mitológicas a quienes se atribuye amoríos con Thunupa, una deidad andina que aparece en varias versiones, con diferentes sexos, atributos e identidades. Pero no son sirenas. Su mitología está asociada a los embalses de peces, como el Lago Titikaka, y concretamente al pez boga (Megaleporinus obtusidens) que recibe el nombre de Quesintuu en esa zona circunlacustre.
Thunupa es una deidad mayor asociada varias veces a Potosí. Resulta llamativo, y digno de estudio, que, al momento de elegir al santo que entronizarían en Mullu Punku o La Puerta, para reemplazar el culto autóctono existente en ese lugar, los jesuitas hayan elegido a San Bartolomé cuyo parecido con la divinidad andina es referido por varios autores.
Por ello, resulta lógico que los talladores de la portada de San Lorenzo, que comenzó a edificarse en 1547 como templo de la Anunciación, que fue la primera iglesia matriz de Potosí, hayan agregado, ya en 1728, a Quesintuu y Umantuu ya que muchos de estos eran originarios de las zonas aledañas al Titikaka. Pero no solo tomaron elementos de su mitología, de su cultura, sino que le agregaron el instrumento que, para entonces, era uno de los más ejecutados en Potosí, de donde se difundió hacia el resto de Charcas: el charango.
Las llamadas “sirenas charanguistas” son replicadas después, en 1743, en el templo de Salinas de Yocalla y aparecen, ya como manifestación propia pero con la influencia del barroco mestizo potosino, en Cusco, en 1757, y en Puno, en 1779.
Por tanto, la prueba de que Potosí es la cuna del charango no está escrita en papel sino tallada en piedra, para siempre, como claro testimonio de un periodo histórico en el que esta ciudad fue el centro económico del mundo. Negarle esa condición equivale a negarle parte de su historia.
Juan José Toro Montoya
PERIODISTA BOLIVIANO