Que rara es la vida, un día deja que tu rutina pase desapercibida a los ojos de los demás y al otro de da sorpresas que ni siquiera te imaginabas podías tener. Y lo más gracioso es que viene de los lugares más inesperados. Raro ¿No?
El lunes veía la televisión y en el noticiario local dijeron esto:
“Profundo pesar por el fallecimiento de destacado periodista Luis Herrera”Me sorprendí, porque murió el domingo y yo lo vi el viernes en un cyber, cerca de la plaza, sano, vivo.
Mi relación con esa persona no pasaba de ser un HOLA y un CHAO constante en las calles de Talca, porque acá todos se conocen y creo que me recordaba desde un desayuno que organizó el Obispado de Talca para los medios de comunicación local. Desde entonces, vez que nos cruzábamos entre la plaza y
Entonces llegó el viernes, ahí pasaron dos cosas que de alguna manera rompieron la rutina que reinaba entre nuestros saludos de conocidos. Primero, me lo encontré en un cyber y no en la calle. Segundo, ahora lo saludé yo y no él a mí. Me senté frente a un computador y al poco rato se fue. Y tres días después, prendo la televisión y me encuentro con esta noticia.
Que rara es la vida, como te sorprende de las formas más inesperadas.
La muerte es algo que no es nuevo para nadie, de hecho, desde muy chico te dicen que alguna vez todos llegaremos a ella. El problema es que nunca estás preparado para recibirla, porque la vida es tan adictiva que solo deseas seguir en ella.
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