Esto de la ley del equilibrio ya no me gusta nada. Esto de emparejar las cosas para que queden homogeneas, para que no exista desazón en su estética me desconcierta.
El año 2009 que se va ahora comenzó con una pérdida maldita para mí y termina con otra aún peor. Puedo quejarme y patalear mil veces de que la vida no es justa y que los designios del mundo están en mi contra, pero la realidad es tal que nada más podemos hacer por ello... Nada salvo quedarnos a la espera de alguna cosa que no sabemos que es.
En enero del 2009, poco antes del desastre, escribi aquí una especie de balance del año que recién se había ido y de lo que esperaba para este, que ahora ya se va. Pero bueno, perder cosas no estaba en la lista porque jamás piensas en eso a menos que sea relacionado con un beneficio para ti, dentro de lo que es el cambio profundo... A nadie se le ocurrió perder a mi hijo nonato primero y luego, al final de la cuesta, casi al llegar al final, perder a la Dany, una de mis mejores amigas.
No habrá balances de nada ni aspiraciones para nada. Nada más se debe vivir sin esperar algo de vuelta. Sin esperar continuamente la sorpresa de saber porque y para qué. La justificación aquí no tiene cabida. Sólo hay que centrarse en el hoy, jamás en el mañana o en otras cosas.
Aquí la desesperanza no corre, es solo que la realidad me abre los ojillos al presente. Esperando cosas, si... Porque es natural, pero ya no idealizando lo que aguardo... Viviendo no más. Me gusta esa palabra... Vivir. Viviendo. Vivido. Cuando estructuras demasiado el futuro, sufres más que cuando no.
El año 2009 que se va ahora comenzó con una pérdida maldita para mí y termina con otra aún peor. Puedo quejarme y patalear mil veces de que la vida no es justa y que los designios del mundo están en mi contra, pero la realidad es tal que nada más podemos hacer por ello... Nada salvo quedarnos a la espera de alguna cosa que no sabemos que es.
En enero del 2009, poco antes del desastre, escribi aquí una especie de balance del año que recién se había ido y de lo que esperaba para este, que ahora ya se va. Pero bueno, perder cosas no estaba en la lista porque jamás piensas en eso a menos que sea relacionado con un beneficio para ti, dentro de lo que es el cambio profundo... A nadie se le ocurrió perder a mi hijo nonato primero y luego, al final de la cuesta, casi al llegar al final, perder a la Dany, una de mis mejores amigas.
No habrá balances de nada ni aspiraciones para nada. Nada más se debe vivir sin esperar algo de vuelta. Sin esperar continuamente la sorpresa de saber porque y para qué. La justificación aquí no tiene cabida. Sólo hay que centrarse en el hoy, jamás en el mañana o en otras cosas.
Aquí la desesperanza no corre, es solo que la realidad me abre los ojillos al presente. Esperando cosas, si... Porque es natural, pero ya no idealizando lo que aguardo... Viviendo no más. Me gusta esa palabra... Vivir. Viviendo. Vivido. Cuando estructuras demasiado el futuro, sufres más que cuando no.
¿Feliz año nuevo?Sí. Una transición feliz al bicentenario del que tanto hablan en este país. Sólo eso
¿Para qué más?
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