Hoy le preguntaba a mi madre de donde me vendrá la beta escritora...
Lo buena para leer lo saqué a mi papá, que siempre compró novelas y se las devoró todas sin chistar. La teatralidad, que me hizo actriz aficionada unos buenos años, la heredé de mis tías que para contar historias propias y ajenas son muy histriónicas, más que el mejor de los actores.
Pero... ¿La escritura?
Si hay algo que mi madre observó desde que era pequeña, es que siempre fui buena para inventar historias:
"Lo primero que aprendiste fue a dibujar y me acuerdo que andabas rayando todo porque contabas historias con puros dibujos"...Claro, yo también recuerdo eso.
A veces agradezco ser hija única, porque sólo la soledad hace de nosotros personas con imaginación. Tantas tardes sola en casa me hacían volar la imaginación.
No sé si seré realmente una escritora...
Pero sé que amo escribir y que en momentos difíciles son las letras las que soportan mis desvaríos anímicos.
Cuando fui capaz de hacer mis propias letras, me dió por crear cuentos que nunca terminaba. Algunos sí y, como conté anteriormente, llegué a ganar un premio en el colegio por eso.
"Yo creo que lo escritora te viene de mi mamá. Incluso puede que todo te venga de ella. Porque cuando era joven vivía leyendo novelas y revistas. Después, cuando se casó, vivía escribiendo cartas a todas sus hermanas. Cuando me casé con tu papá me llegaban miles de cartas de tu abuela. Ella era muy buena para eso. Puede que de ahí venga".
"O sea que si mi abuela hubiera vivido estos tiempos sería
una asidua del e-mail", le dije.
"No" me contestó medio triste "Mi mamá ya no podía vivir más. Sufrió mucho como para aguantar más años"
Mi abuela materna significa mucho para mi. Ella siempre despierta los recuerdos más tiernos de mi infancia. Y el hecho de saber que tal vez el talento escrito venga de ella, me hace amarla más aunque ya no esté conmigo.
Quizás la tragedia también me venga de ella. Porque si hay algo por lo que se caracterizó la vida de esta mujer, fue por el sufrimiento. Es que en aquellos años la vida era más dura y las cosas que hoy tienen una solución rápida, no la tenían entonces. Era cosa de cerrar los ojos y aguantar callado. Ella cerró los ojos y aguantó callada mucho tiempo.
Mi mamá siempre se lamenta que la primera vez que nos cambiamos de casa, hace ya 21 años, mi papá botó todas las epístolas de mi abuela, junto a libros que él consideró inservibles y algunos recuerdos, entre ellos, la pulserita que me pusieron en la muñeca cuando nací, en donde se me describía como...
Bebé sexo: Femenino. Pesó: 2.800 kg. Mide: 48 cms. 8 meses. Prematura.Estuvieron peleados una semana, por suerte mi madre salvó el primer diente que perdí. Cuenta que nací con él y aún lo guarda en un joyero. Vaya a saber una si es cierto que nací con un diente.
Siempre escribí.
Siempre escribiré.
No sé si mi escritura me quitará el hambre algun día, pero aún así seguiré.
Ando siempre con un librito y un lápiz en el bolso. Me siento en todos lados a escribir algo. En realidad, el librito es mi diario de vida. Le cuento mis cosas a un cuaderno desde los 15 años sin detenerme... Bueno, me detuve cuando abri un blog... Pero desde que renuncié al diario escribo por lo menos dos veces al día. Es que lo necesito para sentirme activa, para darme cuenta de que mi mente aún produce.
Es mi premio de consuelo luego de haber renunciado al reporteo por lo menos hasta el próximo verano. Y hay que ver que sufro mucho sin salir con la grabadora a la calle.
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