Ayer llovía a chuzos, pero aún así fui a cumplir con mi deber. Tomé el bolso con todo lo que necesitaba para reportear y así llegue al Terminal de Talca para embarcarme en un bus a Curicó.
El clima cambiaba a medida que el transporte pasaba por un pueblo diferente, por ejemplo, en San Rafael cayeron unas gotas, luego en Itahue llovía diluviosamente y ya en Curicó la cosa se calmó.
Cuando bajé del bus saqué mi libreta, ahí estaban las indicaciones que la señora Martita me había dado el jueves para llegar al sitio del suceso. Tenía que llegar a Peña, ahí tomar una micro y después bajarme en tal sitio... ah... fácil. En eso estaba cuando me vi en un centro atestado de gente, señoras frenéticas, todas con regalos. Vendedores ambulantes ofreciendo calcetines deportivos, lo último para que el rey del hogar practique tranquilo el fútbol en la cancha del barrio. Las tiendas abiertas por doquier y los autos agolpándose en una esquina, con toque de bocina y todo... Fue entonces cuando recordé que el domingo, o sea hoy, era el día del Padre y entré en razón respecto a la urgencia que mi madre tenía en que le comprara ese par de camisas a mi progenitor:
Entre mí pensaba, pero si son camisas, tiene hartas... Eso era, por eso las camisas eran importantes... el día del padre... ahí estaba la madre del cordero."Hija acuérdate que tienes que comprarle un par de camisas a tu papá""Mami... ¿Y porque no voy el próximo fin de semana mejor?""¡Pero que te pasa ¿Acaso eres una desnaturalizada, no piensas en tu padre que te ha dado todo?!"
Ya a las siete de la tarde estaba de vuelta en Talca y tenía que comprar las camisas. No sabía donde, andaba como en otra, aún pensando en la Señora Martita... Porque se le había olvidado que habíamos quedado de entrevistarnos ese día y tenía que regresar el próximo fin de semana... Y cuando me dijo eso me dieron ganas de mandar a la señora Martita a la cresta del mundo... Pero no podía, tal vez lo haría la próxima semana, era más importante comprarle la camisa a mi padre para que no pensara que era una hija desnaturalizada.
El centro de Talca estaba mil veces más atestado que el de Curicó. Los vendedores ambulantes acá no vendían sólo calcetas deportivas, sino gorros, jockeys, billeteras, encendedores... Hasta perros.
A través del comercio una puede darse cuenta de la imagen que los publicistas tienen de nuestros padres: Hombres buenos buenos para el copete... ¿Por qué? Porque en las grandes tiendas tenían promociones de cambalache:
Para el día de la mamá es lo mismo, pero en ese caso no regalan copete, sino cremas... como si pensaran que nuestras mamis son minas que viven enbetunandose con cremas anti-vejez."Si usted se lleva esta chaqueta... le regalamos esta coctelera""Si usted se lleva estos calzoncillos... le regalamos esta botella de whisky""Si usted compra este par de zapatos... nuestra tienda le regala este set de crema de licor acompañada de una exquisito amaretto y una copita para que el Papá, el rey del hogar, se deshaga chupando este fin de semana".
Tanto consumismo... tanta estupidez.. tanto Sergio Lagos diciendo que cuidemos a nuestros viejos en las vitrinas... claro, cuidarlos para que el próximo día del padre podamos regresar a llenar de plata las arcas de la tienda. Tanto Bejamín Vicuña con una guagua en brazos diciendo que ser papá era lo mejor del mundo. Tanta parafernalia... Tanta obligación de regalarle algo material a los viejos, algo con lo cual puedan tirar pinta, porque de lo contrario eres desnaturalizada, inconsciente y esas cosas... Aún recuerdo cuando iba al almacén de la esquina y le regalaba un pergamino de $100 a mi papá en el cual decía que era el mejor del mundo... o cuando pescaba una hoja de cuaderno y le hacía un corazón coloreado con lapices faber que decía FELIZ DÍA PAPITO... o cuando le recitaba:
"Soy chiquitita, como una pepita de ají y tengo el corazón grande para quererte a tí"Claro, usaba el mismo poema para el día de la mamá.
¿En que momento me puse consumista? Le compré las famosas camisas y nisiquiera las miró con emoción cuando se las entregué esta mañana... ¿En que momento dejamos de hablar con mi papá? ¿En que momento dejé de verlo como un súper héroe? ¿En que momento la imagen de mi padre se transformó a la de un hombre que nunca dice nada?
Las famosas camisas yacen ahora en el closet... FELIZ DÍA PAPÁ.
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