"Ya estoy curado, anestesiado, ya me he olvidado de tí.
Hoy me despido de tu
ausencia, ya estoy en paz.
Ya no te espero, ya no te llamo, ya no
me engaño.
Hoy te he borrado, de mi paciencia, hoy fui capaz..."
Ojalá tuviera esa fuerza de voluntad. No la tengo.
Me da lata escribir de estas cosas acá, pero hoy no tengo más ideas que estas. Por otro lado es mejor no quedarse callada. Hay que sacar toda la mierda afuera y darse cuenta de que una vez viví una historia que ya pasó.
Soy como un disco rallado que anda tocando y tocando lo mismo. Mirando siempre hacia la misma dirección, esperando siempre lo que se le ha dicho en todos los tonos posibles que no va a poder tener.
Es una rabia gigante la que tengo cuando me doy cuenta de que una a veces pierde tantos años en algo que al final no valía la pena. Que cuando buscas una solución lo único que encuentras es poca voluntad por cambiar el switch... seguir igual que es más cómodo, que es mejor, que no quiero que te hagan daño... Pura mierda, pura mierda. Eso es miedo, eso es cobardía.
Esperar, esperar, esperar viendo como las vidas se vuelven paralelas ante tus ojos. Con la mirada baja, por que no quieres que nadie sepa por que estás triste o porque no quieres que te vean llorar.
Si a una le dijeran de antemano que debe y que no debe hacer, a donde ir y a donde no ir. Sería todo más simple, más tranquilo. Pero la realidad es que cuando tienes ante tí el camino amarillo y el camino oscuro, nadie te obliga tomar el que no debes. Tú sabes al tomarlo que algo va a pasar, pero nunca crees que es tan doloroso.
Es mejor no engañarse pensando:
Algún día va a pasar, que me voy a despertar identificándome totalmente con la música de Manu, con todas la heridas curadas.¿Por qué, si él me ha dicho que me quiere hace todo lo posible para
no estar conmigo?
Porque en realidad nunca me quiso
¿Por qué, si él sabe que hay un camino para acabar con todo esto,
no lo toma?
Porque en realidad no desea tomarlo
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