jueves, 6 de abril de 2006

CUESTIONAMIENTO INVASIVO

Ayer tuve que entrevistar a alguien, un hombre ya mayor, con un trabajo normal y una vida normal. Un hombre que los domingos va a la iglesia, que tiene una familia hermosa y una vida armoniosa... Sí, el mundo perfecto dentro de este entorno tan disperso y ambiguo.
Posterior a la entrevista nos pusimos a conversar de otras cosas, de mis estudios, del pánico que su hija mayor tiene a entrar en la universidad y de la realidad educacional en la región, hoy en día, de sus proyectos personales. En fin, conversamos como si hubiesemos sido amigos de años, cuando recien nos habíamos conocido ese día. Entonces, conversando, de algun modo salió a la palestra el asunto del cuestionamiento humano... ¿Porque me cuestiono? ¿Porque no me cuestiono? Me sorprendió saber, después de casi una hora de conversación post entrevista, que a pesar de que su vida era linda y maravillosa muchas veces se cuestionaba en todo ámbito de cosas...
"Hace bien cuestionarse a veces" me dijo
"Porque así ves que es lo que haces mal, que es lo que está cambiando en ti. Es un ejercicio muy bueno de conciencia".
Él ve los cuestionamientos como algo bueno, como un método que le ayuda a crecer, a pesar de tener una vida que para el mundo es perfecta. Yo no, para mí cuestionarse es aterrador y aún así me cuestiono... cada paso que doy, cada nota que hago... me cuestiono. Pero no lo hago demasiado seguido. En estos días por ejemplo, mis superiores en la revista están haciendo un curso en Santiago y yo, junto a Roxy, la secre, nos quedamos a cargo de darle vida al programa de radio que se emite los domingos, que también pertenece a la revista. Me aterré, pero no le dije a nadie, a pesar de que lo que a mi me correspondía hacer no era tanto trabajo tampoco... Pero pensaba...
"Si escribo mal, si pongo alguna coma
mal... a lo mejor no tengo ni una noción acerca del tema que se va a tratar el
domingo"
Además, las clases en mi U están un tanto cambiadas, veo un leve aumento en el nivel de complejidad de uno de mis ramos, Marketing... El profe habla y habla y habla y yo escucho, escucho, escucho... Pero para mí los negocios son en chino cantonés... jejeje. Veo a mi profe de televisión que habla y habla y habla, que sabe demasiadas cosas para tener 28 años y yo, que tengo 24, soy su alumna y siento que no sé ni la mitad de lo que él nos dice, a pesar de que estamos ahí para aprender, obviamente uno no entra a la Universidad sabiéndolo todo... Pero a veces... ni me acuerdo de la clase que han pasado el día anterior. Veo que en algunas ocasiones mis compañeros recuerdan lo que pasó el profe de Teoría de la Comunicación en primer año, por ejemplo, y yo quedo colgada, porque ni me acordaba de eso. Y yo me pregunto ¿Serviré realmente para esto? A veces digo que sí, porque lo siento, me veo trabajando en lo mío... siendo periodista... Pero otras veces miro a mi alrededor y digo "¡Que cresta estoy haciendo aquí!". Para mí no es bueno cuestionarme, ni tampoco es un ejercicio de conciencia. Todos somos seres humanos diversos en pensamiento y en espíritu, no estamos hechos en serie; lo que es bueno para uno, tal vez no lo sea para otro. Lo que es fácil para uno, tal vez no lo sea para otro. Es una ley de la vida tan obvia...
Este cuestionamiento invasivo me hace replantearme mi vida entera y a veces me hace fortalecerla. Me falta madurar... sí, debe ser eso.

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