No sé cuando, pero el asunto es que apareció. Mi primer recuerdo fuerte de Magritte es "Les amants". Me veo a mí misma a los 22 años en un cyber de Concepción pidiendo imprimir esta imagen. Luego pegarla sobre un cartón durísimo y después forrarlo con un trozo de esas películas que utilizan para empacar las bandejas de carne que te venden en el supermercado. Tras envolverlo en un trozo de papel rojo, lo guardé en mi cartera.
Era viernes en la noche. Acostada en mi cama de una pensión allá, en la capital de la VIII región.
Al día siguiente, René Magritte envuelto en papel rojo yacía en las manos de su destinatario. En Curicó:
Yo sólo digo que ese es el recuerdo más fuerte que tengo de este pintor surrealista, que veía en la pintura ciertos elementos mágicos que podían conjugarse con la realidad. Aún ver esa pintura me estremece un poco.
Me obsesioné con ella cuando todo se terminó y entonces me enteré de que René les puso ese lienzo en sus caras producto de un recuerdo de infancia. Su madre se suicidó en 1912 arrojándose al río Sambre en Chatelet. Cuando finalmente encontraron su cuerpo, parte del vestido le cubría el rostro. Era curioso. La muerte estaba muy presente. La relación que yo ví reflejada en ese cuadro también apareció producto del fallecimiento de alguien que yo también sospecho, se suicidó... Pero nunca lo he confirmado totalmente.
El viernes fui a entrevistar a un periodista para mi tesis. Entonces me dijo:
Era viernes en la noche. Acostada en mi cama de una pensión allá, en la capital de la VIII región.
Al día siguiente, René Magritte envuelto en papel rojo yacía en las manos de su destinatario. En Curicó:
"¿Qué es?", me preguntóLa reacción fue la misma que cuando le leí el cuento incesto de Anaís Nin... De querer entender, pero no entender nada:
"Ábrelo", le respondí...
"Una pareja con una tela en la cara", dijo.Entonces me miró un poco sorprendido, un poco molesto... No le gustaba que le pusiera un nombre a lo que teníamos, porque ya era condenable para la sociedad una situación como la que vivíamos y admitirla al 100%, poniéndole un nombre, era asumir que el entorno le condenaría. Aunque nadie más que nosotros supiésemos lo que estaba pasando. Pero él siempre se sintió culpable. Aunque estuviera más que enamorada. Yo no sé si él se enamoró, pero notaba que me quería, pero también me daba cuenta de que le recordaba yo a la vida que dejó atrás por seguir un ideal...
"Somos nosotros"...
"¿Nosotros? ¿Por qué?", continuó extrañado...
"Esta pintura es de René Magritte. Se llama "Les amants", Los amantes ¿No lo captas? Te lo traje porque siempre que veo esa pintura me acuerdo de tí y de lo que estamos haciendo"...
"Gracias", me dijo...Nisiquiera sé si aún lo conserva...
Yo sólo digo que ese es el recuerdo más fuerte que tengo de este pintor surrealista, que veía en la pintura ciertos elementos mágicos que podían conjugarse con la realidad. Aún ver esa pintura me estremece un poco.
Me obsesioné con ella cuando todo se terminó y entonces me enteré de que René les puso ese lienzo en sus caras producto de un recuerdo de infancia. Su madre se suicidó en 1912 arrojándose al río Sambre en Chatelet. Cuando finalmente encontraron su cuerpo, parte del vestido le cubría el rostro. Era curioso. La muerte estaba muy presente. La relación que yo ví reflejada en ese cuadro también apareció producto del fallecimiento de alguien que yo también sospecho, se suicidó... Pero nunca lo he confirmado totalmente.
El viernes fui a entrevistar a un periodista para mi tesis. Entonces me dijo:
"La vida da muchas vueltas"Y es cierto, recordando esto es muy cierto. Así de curiosa es la casualidad en puntos tan distantes de la historia. Pero aún me sigue atrayendo esa pintura.
Me gusta lo que has escrito. Me he enterado algunas cosas que no sabía.
ResponderEliminarCoincido con eso de que la vida tiene sus vueltas.
Un abrazo.