lunes, 27 de abril de 2009

Y SIGO COBARDE... PORQUE ME HACEN COBARDE...

Difícil es entender el porque. Las actitudes humanas son complejas. Tantas veces nos quebramos la cabeza mientras tratamos de dilucidar las intenciones de otros… La verdad es que todo en el mundo se relativiza a medida que vamos conociendo cual es el mecanismo del humano promedio.

Ya no se puede cuestionar aquello que es. Lo que está hecho es tan real como concreto. Una mente viva es una caja de misterios cuya llave yace perdida en algún rincón del corazón ajeno. Quizás las razones que mueven a otro a herir no son tan profundas, son más livianas y poco consistentes. Tal vez es la maldad natural, esa que en algún momento de la concepción se le mezcló con el ADN. O nada más es ira por rasguños pasados o por moretones que aparecen de la nada entre sus ojos.

Comprender los actos es una tarea de nunca acabar. Algunos ponen la tarea fácil, otros simplemente la revisten de fétida incomprensión. Aún cuando encontremos una respuesta, no tendremos la certeza de que sea la correcta. Es sólo que las cosas fueron, que no es posible cuestionar y que el asunto se zanjó de tal manera que el hábito de compartir con otros seres se resintió al punto de no querer nada, ni siquiera rozarse con otro.

¿Habrá dolores muy fuertes inmersos en esto?

¿Acaso debemos bancarnos toda la carga de una tristeza que no nos corresponde?

Entenderte, M, se me hace exasperante.

Aún estoy en proceso de comprenderlo todo.

Tú no eres fácil de comprender.

Yo tampoco lo soy.

En realidad, nadie lo es.

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