MURPHY ME ODIA...

A la espera de saber a que hora se llevará a cabo el jueves este evento de lanzamiento regional tan importante, yo salí al centro a pegar unas cuentas. Además, había que respirar un poquito de aire puro tras casi asfixiarme con el aire acondicionado en 28º. Mucho calor, aunque el día estaba más que frio.

Camino al centro me di cuenta de que perdí el dinero... Lo lamenté, por ser tan estúpida... Pero todo tiene solución y una buena visión.

La autoridad que amablemente me dió práctica desde el verano siempre me dice que a todo hay que verle el lado positivo. Yo no tengo manejo en situaciones de crisis, veámosle el lado positivo. Su jefe de carrera no aparece con los papeles de la práctica. Veámosle el lado positivo. Entonces yo le veo el lado positivo a la pérdida y digo que ojalá lo haya encontrado alguien que realmente necesitara esa plata (Desde los 14 años que no perdía dinero en la calle... ¡Que vergüenza! Y con esta crisis).

Luego, en vista de que ya estaba en el centro aproveché de ir por mis botas regalonas... El zapatero tenía cerrado por duelo, una señora con bolsas misteriosas me chocó y sus bolsas misteriosas me mancharon el pantalón en el muslo con una sustancia misteriosa. Luego empezó a hacer calor, en vista de que en la mañana hacía frío y yo andaba abrigada como pingüina.

Hice el trayecto de vuelta a la oficina derrotada, sin pagar la cuenta, con mi celular deshabilitado, el pantalón manchado, sin plata, sin mis botas regalonas y un calor que me asfixiaba más que los 28º del aire acondicionado. Entonces recordé a Murphy y su ley nefasta que según algunos catedráticos aseguran, no existe. Yo les digo que sí, que a mí las cosas me tenían que salir mal hoy y que, además, sin conocerme siquiera y desde el más allá...

MURPHY ME ODIA!!!