Me encuentro en la recta final. El lunes se termina la práctica, aunque me quedaré un poco más debido al lanzamiento de un asunto a nivel regional. Luego. Tesis. Luego. No sé...
Ayer fue un día de reencuentros. Primero fue
cacho, ex - compañero de labores en la época en que trabajaba para los duendes de dios en la tierra... O sea, los curas. Ahí conversamos sobre lo invasivo de la vida privada que es facebook, la gran paradoja de las crisis vocacionales de estos individuos:
¿Es lógico que un sacerdote retirado enseñe ética en las universidades? y bueno, esa es la realidad de lo que pasa por acá cuando a dios se le va un duende.
"Lo que más extraño de trabajar para dios, es el comidillo", le dije y ambos reímos.
Lo más probable es que me vea en su oficina el 02 de mayo para que me preste películas, nunca está de más retomar las viejas costumbres.
Luego de eso me fui caminando por el centro, bebiendo un café de maquinita y en medio de las veredas amplias del paseo peatonal me encontré con JM, también ex - compañero de trabajo en la época de los curillas, luego ex - compañero de trabajo en mi época televisiva. Conversamos un rato respecto a todo, la vida, lo invasivo que era facebook, problemas con brujas petisas y de nuestros corazones rotos. Caminamos reflexionando de la vida y entre tanta palabrería encontré apoyo a mi moción de vida:
"A veces se hace necesario desaparecer un rato... Para espantar los fantasmas... O que por último los fantasmas se olviden de ti"...
JM desapareció luego de un proceso de término de vida laboral algo traumático. Era un obrero de las comunicaciones que trabajaba incansablemente para juntar dinero y conseguir su sueño, estudiar periodismo y ser profesional. Bueno, sigue con su sueño pero trabaja en otra cosa. Él me dijo que estaba desaparecido y que le había hecho bien... Y yo, que quiero desaparecer tras defender mi tesis, tomo esa opinión como el aliento que necesito para volverme anónima.
Una cosa es muy simple, tengo que enfrentar lo que ahora me duele y tratar de olvidar, limpiarme un tiempo lejos y después volver con fuerzas renovadas para aplastar todo lo malo. Para eso se hace necesario desaparecer. Ya tengo visto un lugar en donde puedes construir una vida tranquila sin que nadie sepa que estás ahí. No es esconderme de nada ni de nadie, sólo concentrarme en recoger los pedazos que quedaron desparramados tras el huracán. Ya no quiero andar huracanada.
Siempre es bueno encontrarse con viejos amiguis y conversar y reir. Siempre es bueno.