domingo, 8 de febrero de 2009

LA PALABRA

Por Stella Díaz Varin

Una sola será mi lucha
Y mi triunfo;
Encontrar la palabra escondida
aquella vez de nuestro pacto secreto
a pocos días de terminar la infancia.
Debes recordar
dónde la guardaste
Debiste pronunciarla siquiera una vez...
Ya la habría encontrado
Pero tienes razón ese era el pacto.
Mira cómo está mi casa, desarmada.
Hoja por hoja mi casa, de pies a cabeza.
Y mi huerto, forado permanente
Y mis libros cómo mi huerto,
Hojeado hasta el deshilache
Sin dar con la palabra.
Se termina la búsqueda y el tiempo.
Vencida y condenada
Por no hallar la palabra que escondiste.


Esta soy yo... Siento que soy yo... Leyendo entre líneas se puede saber el porque de muchas cosas. Si no se logra captar... Lástima, porque lo que está entre líneas se quedará ahí. Para siempre se quedará ahí... La tristeza, el dolor, la rabia y la culpa se quedarán ahí... Prefiero que todo quede enterrado ahí y disfrazar la realidad para efectos de poder seguir viviendo, porque a hechos concretos le siguieron otros más fortuitos y más dolorosos que el primero.

Yo sola los viví.

No estuvo ahí... No tuvo porque... Si nunca supo nada... Yo tampoco sabía, me enteré cuando sucedió y eso fue aún peor... Por eso lo entierro entre las líneas de un poema que no es mío, pero es de una mujer que para mí fue excepcional y valiente... Rebelde como debería ser yo de ahora en adelante.

Creo que lo mejor es que no lo sepa. Que nadie más lo sepa...

Te entierro para siempre... Ir a dejarte flores quisiera... Pero tu sepultura está en algún lugar del abismo que se abrió ante mis ojos... Por más que busco no la encuentro, por más que no la encuentro me desespero... Te entierro... Es mucho mejor...

Nadie sabe nada...

Así es mejor... Mucho mejor...

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