"Die blaue blume"...Susurró mientras caminaba por la calle. Era domingo. Pasada las nueve de la noche. Sus pasos cortaban la niebla que a esa hora se dejaba caer sobre Talca entero.
"Die blaue blume", volvió a decir para sí misma.
El objetivo nunca alcanzado y siempre anhelado, eso decía Novalis. De eso se trataba "La flor azul" de la que hablaba el poeta. "Die blaue blume"... "La flor azul"... De tan azul se impregnaba en el cielo y el cielo a la vez se plasmaba en su mente, el lugar en donde se formaba un espacio para él. Otro objetivo nunca alcanzado y siempre anhelado.
¿Por qué tenía a Novalis en los pensamientos?Porque una poeta a la que entrevistó para un reportaje le habló del poeta alemán y cuando le mencionó que significado tenía esa flor lo recordó a él con voz y todo. Y la noche se dejó caer como un paño húmedo y pesado sobre sus ojos, porque era injusto ser feliz con tantos demonios dentro. Y esa poetisa le hablaba de Novalis, de "La flor azul"... Así, como si estuviera hablando de algo hermoso... Que para ella no era hermoso, porque se negaba a lo hermoso. "Die blaue blume"... "La flor azul"...
"El objetivo nunca alcanzado y siempre anhelado"...Eso era el otro hombre y eso era él, el actual, el presente, el que se le metió de a poco en las grietas que le invadían el cuerpo de tantos dolores pasados.
A medida que seguía escribiendo de esto pensaba que ya debía parar. Porque era prudente hacerlo. Ya era tiempo. La escritura en tercera persona ya no funcionaba, porque ni con eso se le cerraba el corazón unido con alfiler de gancho. Porque aquello no le aseguraba que alguna vez el objetivo anhelado alguna vez sería alcanzado. Era mejor que esto quedara hasta aquí. Ya no más. Ya nunca más.
Estar enamorada no es fácil, no basta con desearlo hay que oirlo... Ella no quería oir nada, porque el día que le oyera se condenaba nuevamente... Y nunca había tenido el corazón tan rojo. No. Nunca lo tuvo tan rojo como en ese momento de su vida. Porque mientras más rojo estaba dentro de su cuerpo, la flor se tiñe de un azul más intenso.
Estar enamorada no es fácil, no basta con desearlo hay que oirlo... Ella no quería oir nada, porque el día que le oyera se condenaba nuevamente... Y nunca había tenido el corazón tan rojo. No. Nunca lo tuvo tan rojo como en ese momento de su vida. Porque mientras más rojo estaba dentro de su cuerpo, la flor se tiñe de un azul más intenso.
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