Jaime tiene 27 años y hace seis años dirige la asociación “Nehuen tumain pupeñe” o “Fuerza de hermanos” en Talca ¿El objetivo? Reivindicar los derechos del pueblo mapuche ante nosotros los “Huincas”.
Para llegar al lugar de trabajo de Jaime Cheuque hay que tomar dos colectivos y después traspasar una cerca de alambre mal instalada por la Municipalidad en Las Américas, sector norte de Talca. Él trabaja en el consultorio del lugar y a medida que avanzo escucho a varias personas reclamar que el establecimiento esté tan a trasmano.
“Hola, te estaba esperando”, me dice mientras acomoda algunas carpetas sobre el escritorio. A poco andar me cuenta que él nació en Talca hace 27 años, que sus padres son oriundos de Lautaro y que trabaja ahí hace un año tras congelar su carrera de derecho: “Motivos económicos, pero el próximo año vuelvo”, argumenta.
¿Desde cuando viene tu asociación con el tema indígena, Jaime?
“En la etapa de la enseñanza media se crearon algunos pequeños movimientos en los que estuve inserto, pero el movimiento grande se formó acá a partir de 1998 o 1999, éramos un grupo grande de jóvenes, todos descendientes de araucanos. El paso firme lo dimos el 15 de octubre del 2001, cuando se creó la asociación propiamente tal en Talca”
¿Cómo se llama la Asociación?
“Se llama Nehuen tumain pupeñe, que significa fuerza de los hermanos”.
¿Qué fue lo que te llevó en el ’98 a luchar por los derechos de la etnia mapuche?
“Yo siempre me identifiqué como mapuche y además encontré a otras personas que también se identificaban con la lucha. También estaba la intención de reivindicar el pasado histórico indígena en el Maule, no por nada Talca significa Trueno. Aparte de eso, también reivindicar a los antepasados, las tradiciones y las raíces de mi pueblo”.
Difícil comienzo
La asociación cuenta con 1500 miembros de lugares como Talca, Villa Alegre, Linares o Licantén, entre otros. Todos ellos son un testimonio vivo de la historia de nuestro país, personas que aún después de siglos de lucha siguen sintiéndose ajenos en una tierra que ya era de ellos cuando el español llegó con sus caballos y armaduras.
¿Fue difícil comenzar en un principio?
“Mira, fue difícil porque era como nadar contra la corriente… Bueno, todavía, pese a que ya hay varias asociaciones más en la región, pero aún la autoridad es bastante insensible respecto al tema. Acá no hay una política dedicada al desarrollo de la cultura indígena. Si hubo alguna vez, hoy en día todo eso está muerto. Lo que se sigue haciendo es el rescate, pero a través de iniciativas propias de los propios asociados. Por ejemplo, ahora estamos dictando un curso de lengua mapuche acá en Talca”
Este joven dirigente asegura que en la región no hay espacios para difundir sus actividades “bueno, fuera de lo que hemos hecho como el We tripantu, que es el año nuevo mapuche que lo hacemos en la biblioteca regional… más allá no se puede, no están los medios disponibles para difundir”.
La nación mapuche
La palabra que más escucho a medida que conversamos es “Huinca”, así es como el mapuche denomina a los chilenos. El chileno no es más que “El hombre blanco”, el vestigio de aquellos primeros conquistadores que llegaron para apropiarse de todo y no dejar nada.
¿El 18 de septiembre para ustedes es una fiesta nacional?
“No. Para nada, además que el 18 de septiembre ni siquiera debería celebrarse, porque los chilenos celebran una fiesta bastante estúpida. Celebran la fidelidad al rey de España. Si ellos realmente quisieran celebrar la independencia, entonces tendrían que celebrar el 12 de febrero. También celebran sus derrotas… Eso deja que pensar como sociedad.”
Obviamente te sientes más mapuche que chileno…
“Sí. Vivo en la sociedad chilena, participo de ella, los respeto, todo lo que tú quieras, pero mi cosmovisión y mi forma de vida es completamente mapuche.”
Cuando llegaron los españoles a Chile comenzó una guerra que según los libros de historia duró 300 años ¿De qué forma ha evolucionado esta guerra hasta el día de hoy?
“Hoy no hay enfrentamientos o batallones que se enfrenten el uno con el otro, pero todavía existe en las comunidades mapuches del sur esa pertenencia a la tierra, ese deseo de no admitir al huinca, por lo tanto no ha habido una pacificación absoluta por parte del Gobierno chileno. Hay localidades en las cuales sólo se habla el mapudungun. Viven sus propias fiestas, no se respeta la ley chilena, sino que se vive de acuerdo a la ley mapuche, las leyes de la tierra. Dentro del colectivo mapuche existe el concepto de Nación mapuche. Nos consideramos un pueblo distinto dentro del país.”
¿Ustedes, como nación mapuche, han pensado en independizarse?
“No. Pero sería lo máximo poder independizarnos. Pero no buscamos necesariamente eso, sino que nos respeten y poder vivir con nuestro propio estilo de vida dentro de este país.”
Parlamento hipócrita
¿Cuál es la visión que ustedes tienen del pueblo chileno?
“Con el pueblo chileno existe una relación de amor y odio, él no tiene un sentido de reconocer el pasado histórico del país y por lo mismo desconoce sus orígenes. Desconoce que acá en Chile hay pueblos originarios y creo que no los reconoce. Hoy en día, cuando los parlamentarios no quieren dar su reconocimiento constitucional de cierta manera están discriminando. Lo están haciendo, lisa y llanamente. Ellos mismos están dando pie para que el resto de la sociedad discrimine. Ellos mismos son los primeros en discriminar dentro de Chile”.
El parlamento chileno es hipócrita…
“Exacto. En época de campañas todos nos prometen que nos reconocerán constitucionalmente. Te invito a que leas en la prensa la propaganda política de cualquiera de los candidatos que hubo. Todos proclamaban reconocimiento constitucional y hoy en día sus parlamentarios, todas las corrientes políticas que habían ninguno ha dado el reconocimiento constitucional”.
Pobres estúpidos
Jaime recuerda que de niño nunca fue discriminado, él asegura haber tenido una “Parada muy distinta”. Su actitud nunca dio cabida a recriminaciones o exclusiones por el hecho de llevar un apellido de origen indígena, todo lo contrario, él se sentía enteramente orgulloso y eso le hizo también ganarse el respeto y cariño de sus compañeros.
Siendo bisnieto de una machi este joven dirigente asegura que el chileno tiene dos visiones, están quienes se dejan llevar por las enseñanzas de docentes que a su juicio no hacen bien su trabajo pues describen su imagen histórica como la de hombres flojos y borrachos y la de aquellos que realmente valoran la hidalguía y valentía de figuras como Lautaro, lejos el héroe más valorado entre sus coterráneos.
¿Qué sientes cuando los profesores muestran esta imagen tan denostada del mapuche a los niños?
“Me da pena y vergüenza por los profesores. Ni siquiera me da rabia. Me da pena por ellos, porque son unos pobres estúpidos que están enseñando la historia tergiversada. Pero nosotros tenemos las cosas bien claras. Vergüenza porque esa es la calidad de docencia que está sacando el sistema en Chile y con esa calidad de profesores difícilmente se logra el desarrollo que tanto anhela el país”.
¿Qué haces con tu grupo para lograr cambiar esta imagen?
“Mira, primero que nada enseñar toda la filosofía de vida nuestra, enseñar que hay detrás de la cosmovisión religiosa, enseñar lo que es la convivencia armónica con la naturaleza y muchas otras cosas que hay detrás. Los mapuches tenemos un calendario que es desconocido para el común de los chilenos… Las medicinas, un sistema de salud estructurado, hay muchas cosas que se desconocen y eso tratamos de difundir, lo que se desconoce para desmitificar un poco la creencia popular que hay respecto al pueblo mapuche.”
Y el Gobierno ¿Qué ha hecho por ustedes?
“Acá no hay voluntad política. Tampoco la hay en la región para instaurar una oficina de la CONADI y acá funcionó hasta marzo del 2006. Antes de que asumiera el actual Intendente existía una oficina de asuntos indígenas, pero hoy esa oficina cerró y no funciona y también se nos dejó en un abandono total en la región, una cosa totalmente paradojal. Por un lado tienes a la Presidenta hablando de integración y desarrollo de los pueblos indígenas y por otro lado sus representantes en la región niegan y quitan todo lo que la Presidenta está diciendo ¿Quién entiende como funciona?”.
Jaime asegura que la lucha ahora se centra en que el Estado chileno reconozca el convenio 169 de la OIT (organización internacional del trabajo) respecto al tema laboral indígena. Además de esto, el desea que algún día los pueblos originarios sean reconocidos: “Solo una ley nos reconoce. Somos un chileno más. No somos conocidos constitucionalmente como pertenecientes a una etnia originaria”, agrega que eso hablaría muy bien del país a nivel internacional y de paso, dejaría a su pueblo con la satisfacción de tener una identidad y de no sentirse ajenos en una tierra que, en realidad, siempre fue suya.
“Hola, te estaba esperando”, me dice mientras acomoda algunas carpetas sobre el escritorio. A poco andar me cuenta que él nació en Talca hace 27 años, que sus padres son oriundos de Lautaro y que trabaja ahí hace un año tras congelar su carrera de derecho: “Motivos económicos, pero el próximo año vuelvo”, argumenta.
¿Desde cuando viene tu asociación con el tema indígena, Jaime?
“En la etapa de la enseñanza media se crearon algunos pequeños movimientos en los que estuve inserto, pero el movimiento grande se formó acá a partir de 1998 o 1999, éramos un grupo grande de jóvenes, todos descendientes de araucanos. El paso firme lo dimos el 15 de octubre del 2001, cuando se creó la asociación propiamente tal en Talca”
¿Cómo se llama la Asociación?
“Se llama Nehuen tumain pupeñe, que significa fuerza de los hermanos”.
¿Qué fue lo que te llevó en el ’98 a luchar por los derechos de la etnia mapuche?
“Yo siempre me identifiqué como mapuche y además encontré a otras personas que también se identificaban con la lucha. También estaba la intención de reivindicar el pasado histórico indígena en el Maule, no por nada Talca significa Trueno. Aparte de eso, también reivindicar a los antepasados, las tradiciones y las raíces de mi pueblo”.
Difícil comienzo
La asociación cuenta con 1500 miembros de lugares como Talca, Villa Alegre, Linares o Licantén, entre otros. Todos ellos son un testimonio vivo de la historia de nuestro país, personas que aún después de siglos de lucha siguen sintiéndose ajenos en una tierra que ya era de ellos cuando el español llegó con sus caballos y armaduras.
¿Fue difícil comenzar en un principio?
“Mira, fue difícil porque era como nadar contra la corriente… Bueno, todavía, pese a que ya hay varias asociaciones más en la región, pero aún la autoridad es bastante insensible respecto al tema. Acá no hay una política dedicada al desarrollo de la cultura indígena. Si hubo alguna vez, hoy en día todo eso está muerto. Lo que se sigue haciendo es el rescate, pero a través de iniciativas propias de los propios asociados. Por ejemplo, ahora estamos dictando un curso de lengua mapuche acá en Talca”
Este joven dirigente asegura que en la región no hay espacios para difundir sus actividades “bueno, fuera de lo que hemos hecho como el We tripantu, que es el año nuevo mapuche que lo hacemos en la biblioteca regional… más allá no se puede, no están los medios disponibles para difundir”.
La nación mapuche
La palabra que más escucho a medida que conversamos es “Huinca”, así es como el mapuche denomina a los chilenos. El chileno no es más que “El hombre blanco”, el vestigio de aquellos primeros conquistadores que llegaron para apropiarse de todo y no dejar nada.
¿El 18 de septiembre para ustedes es una fiesta nacional?
“No. Para nada, además que el 18 de septiembre ni siquiera debería celebrarse, porque los chilenos celebran una fiesta bastante estúpida. Celebran la fidelidad al rey de España. Si ellos realmente quisieran celebrar la independencia, entonces tendrían que celebrar el 12 de febrero. También celebran sus derrotas… Eso deja que pensar como sociedad.”
Obviamente te sientes más mapuche que chileno…
“Sí. Vivo en la sociedad chilena, participo de ella, los respeto, todo lo que tú quieras, pero mi cosmovisión y mi forma de vida es completamente mapuche.”
Cuando llegaron los españoles a Chile comenzó una guerra que según los libros de historia duró 300 años ¿De qué forma ha evolucionado esta guerra hasta el día de hoy?
“Hoy no hay enfrentamientos o batallones que se enfrenten el uno con el otro, pero todavía existe en las comunidades mapuches del sur esa pertenencia a la tierra, ese deseo de no admitir al huinca, por lo tanto no ha habido una pacificación absoluta por parte del Gobierno chileno. Hay localidades en las cuales sólo se habla el mapudungun. Viven sus propias fiestas, no se respeta la ley chilena, sino que se vive de acuerdo a la ley mapuche, las leyes de la tierra. Dentro del colectivo mapuche existe el concepto de Nación mapuche. Nos consideramos un pueblo distinto dentro del país.”
¿Ustedes, como nación mapuche, han pensado en independizarse?
“No. Pero sería lo máximo poder independizarnos. Pero no buscamos necesariamente eso, sino que nos respeten y poder vivir con nuestro propio estilo de vida dentro de este país.”
Parlamento hipócrita
¿Cuál es la visión que ustedes tienen del pueblo chileno?
“Con el pueblo chileno existe una relación de amor y odio, él no tiene un sentido de reconocer el pasado histórico del país y por lo mismo desconoce sus orígenes. Desconoce que acá en Chile hay pueblos originarios y creo que no los reconoce. Hoy en día, cuando los parlamentarios no quieren dar su reconocimiento constitucional de cierta manera están discriminando. Lo están haciendo, lisa y llanamente. Ellos mismos están dando pie para que el resto de la sociedad discrimine. Ellos mismos son los primeros en discriminar dentro de Chile”.
El parlamento chileno es hipócrita…
“Exacto. En época de campañas todos nos prometen que nos reconocerán constitucionalmente. Te invito a que leas en la prensa la propaganda política de cualquiera de los candidatos que hubo. Todos proclamaban reconocimiento constitucional y hoy en día sus parlamentarios, todas las corrientes políticas que habían ninguno ha dado el reconocimiento constitucional”.
Pobres estúpidos
Jaime recuerda que de niño nunca fue discriminado, él asegura haber tenido una “Parada muy distinta”. Su actitud nunca dio cabida a recriminaciones o exclusiones por el hecho de llevar un apellido de origen indígena, todo lo contrario, él se sentía enteramente orgulloso y eso le hizo también ganarse el respeto y cariño de sus compañeros.
Siendo bisnieto de una machi este joven dirigente asegura que el chileno tiene dos visiones, están quienes se dejan llevar por las enseñanzas de docentes que a su juicio no hacen bien su trabajo pues describen su imagen histórica como la de hombres flojos y borrachos y la de aquellos que realmente valoran la hidalguía y valentía de figuras como Lautaro, lejos el héroe más valorado entre sus coterráneos.
¿Qué sientes cuando los profesores muestran esta imagen tan denostada del mapuche a los niños?
“Me da pena y vergüenza por los profesores. Ni siquiera me da rabia. Me da pena por ellos, porque son unos pobres estúpidos que están enseñando la historia tergiversada. Pero nosotros tenemos las cosas bien claras. Vergüenza porque esa es la calidad de docencia que está sacando el sistema en Chile y con esa calidad de profesores difícilmente se logra el desarrollo que tanto anhela el país”.
¿Qué haces con tu grupo para lograr cambiar esta imagen?
“Mira, primero que nada enseñar toda la filosofía de vida nuestra, enseñar que hay detrás de la cosmovisión religiosa, enseñar lo que es la convivencia armónica con la naturaleza y muchas otras cosas que hay detrás. Los mapuches tenemos un calendario que es desconocido para el común de los chilenos… Las medicinas, un sistema de salud estructurado, hay muchas cosas que se desconocen y eso tratamos de difundir, lo que se desconoce para desmitificar un poco la creencia popular que hay respecto al pueblo mapuche.”
Y el Gobierno ¿Qué ha hecho por ustedes?
“Acá no hay voluntad política. Tampoco la hay en la región para instaurar una oficina de la CONADI y acá funcionó hasta marzo del 2006. Antes de que asumiera el actual Intendente existía una oficina de asuntos indígenas, pero hoy esa oficina cerró y no funciona y también se nos dejó en un abandono total en la región, una cosa totalmente paradojal. Por un lado tienes a la Presidenta hablando de integración y desarrollo de los pueblos indígenas y por otro lado sus representantes en la región niegan y quitan todo lo que la Presidenta está diciendo ¿Quién entiende como funciona?”.
Jaime asegura que la lucha ahora se centra en que el Estado chileno reconozca el convenio 169 de la OIT (organización internacional del trabajo) respecto al tema laboral indígena. Además de esto, el desea que algún día los pueblos originarios sean reconocidos: “Solo una ley nos reconoce. Somos un chileno más. No somos conocidos constitucionalmente como pertenecientes a una etnia originaria”, agrega que eso hablaría muy bien del país a nivel internacional y de paso, dejaría a su pueblo con la satisfacción de tener una identidad y de no sentirse ajenos en una tierra que, en realidad, siempre fue suya.
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