lunes, 23 de enero de 2006

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No sé que título poner. No sé que hacer y no sé nada de nada...

En realidad, no sé porque me levante hoy.

Acabo de mirar el nombre de este blog y sentí que a estas alturas del partido ya es un nombre inadecuado, sin ningún tipo de sentido, porque en el fondo he contado sólo mi verdad a quienes hayan leído esto y de tu verdad y la verdad no se ha sabido nada a ciencia cierta.

Cada cual es libre de escribir lo que quiera, así son las cosas en una sociedad democrática... Pero siento que el nombre de este blog me limita y mucho.

De todos modos, creo que ya de nada sirve cambiarlo... Uno, porque no sé como y dos... ¿Para qué? Si ya ha pasado tanto tiempo.

Este no es el típico blog de estudiante de periodismo que anda posteando a cada minuto lo que ocurre en el mundo, como lo hace un compañero mío, es un blog nada más... Un blog que a algunos les puede parecer una mierda PERO ES MI BLOG... jejeje.

Hay que ver como se me va depurando el sentido de la nostalgia a medida que escribo acá. Me gusta este espacio y me gusta leer el espacio de los demás.

Ayer me encontré con un amigo al cual no veía hace casi tres años, o sea, lo vi hace tres meses por web cam, pero el contacto vía internet no es como el que se da en vivo y en directo, cuando uno puede abrazarse, tocarse, sentirse y hablar con el interlocutor en una perfecta retroalimentación.

Que bonito episodio. Aunque nos vimos y alcanzamos a hablar apenas tres minutos, el abrazo que le dí le dió a entender cuanto lo extrañaba, y a pesar de que él se ha comportado un tanto ingrato conmigo, porque no me llama ni me habla mucho por msn (En parte porque debe estar ocupado en OTRAS cosas... :D), pude sentir que igual me extrañaba.

A veces, cuando me siento muy mal, recuerdo nuestras conversaciones al almuerzo en la U de Conce. Éramos amigos, el único amigo verdadero que he tenido... en conjunción con otro amigo que no veo hace igual cantidad de años. Ellos me cuidaban y se preocupaban por mí y yo sentía por ellos un cariño bastante fraternal. Los extraño.

A veces llegan momentos en que tenemos que ser conscientes de que hay que dejar cosas atrás, evolucionar... pero...
¿Los amigos?
¿Que haces con ellos?
¿Evolucionan contigo o los dejas atrás con todo lo demás?
Él se llama Aldo y somos iguales. Mismo signo. Mismas rarezas y desapegos desconcertantes hacia las cosas. Yo nunca he podido mantener contacto con nadie, por que en parte me cuesta. Cuesta mantener el nexo a la distancia. Se desvanece. Se distorciona.... a él le pasa lo mismo. Es igual.

Tal vez sea la última vez que lo vea, no lo sé. Tal vez llegue un momento en que deje de extrañarlo. Que feo sería ¿No?

Mi amigo me mantenía con los pies en la tierra respecto a él. Siempre me dijo lo mismo:
"Ese hombre no vale la pena. Déjalo, los hipócritas nunca son buenas parejas".
Tiene razón. Pero el problema está en que yo no le hago caso en nada.

Quiero que llegue pronto la normalidad. Quiero que todo sea diferente, quiero que la vida retome su rumbo normal. Me ordeno más.

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