El sexo se mueve bajo los ojos
Del que desea caer rendido
A sus adictivos roces,
Sus inevitables devaneos
Entre la niebla del bien
Y el mal.
El espíritu de los amantes
Se esfuma entre puentes oxidados
copados de esta cordura inexistente
Al mezclarse la piel y la carne
En una sola masa ardiente.
La sangre hierve
El color del pecado es claro y oscuro
¿Acaso el fuego tiene en sí mismo
Una voz a la cual oír?
Tu voz o la mía
Ambos timbres abren las puertas a la perdición
Y en ella viviremos sometidos a un destino incierto.
Lentamente muero en sus brazos
Y él muere en los míos
El ardor disminuye
Y los ojos se cierran,
En un largo abrazo se acaba la comunión.
Separados vemos como el sexo se esconde
Todo el dolor y la euforia se esconden…
Ambos sabremos cuando tu cuerpo y el mío
Se llamen nuevamente.
(2010)
Del que desea caer rendido
A sus adictivos roces,
Sus inevitables devaneos
Entre la niebla del bien
Y el mal.
El espíritu de los amantes
Se esfuma entre puentes oxidados
copados de esta cordura inexistente
Al mezclarse la piel y la carne
En una sola masa ardiente.
La sangre hierve
El color del pecado es claro y oscuro
¿Acaso el fuego tiene en sí mismo
Una voz a la cual oír?
Tu voz o la mía
Ambos timbres abren las puertas a la perdición
Y en ella viviremos sometidos a un destino incierto.
Lentamente muero en sus brazos
Y él muere en los míos
El ardor disminuye
Y los ojos se cierran,
En un largo abrazo se acaba la comunión.
Separados vemos como el sexo se esconde
Todo el dolor y la euforia se esconden…
Ambos sabremos cuando tu cuerpo y el mío
Se llamen nuevamente.
(2010)
**Foto: Rechifados
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