El teléfono de mi casa sonó hace 20 minutos, son las cinco de la mañana... Al otro lado de la línea la voz semi - histérica de una de mis primas nos dió la noticia... Mi tío
"I" murió, es el segundo hermano (
De los once que eran originalmente) que mi papá pierde.
Resulta que iban su yerno y él en el auto que terminó destrozado en un choque en La Florida... Y, si bien me dio pena, esta no fue tan grande como la que me embargó cuando murió la Dani y puede deberse a que él y yo no nos veíamos mucho. Casi nada. La última que lo vi fue el lunes o martes, no lo recuerdo... Iba por el centro aparentemente ido. Creo que me vio, pero prefirió no decirme
hola...
Ahora que escribo me acuerdo de tres cosas, que una vez, teniendo unos seis años, me compró una bebida, ya que mi papá no quería comprármela para no malcriarme (Y parece que ya había tomado mucha bebida de fantasía ese día), bueno él contribuyó a mi malacrianza en materias bebestibles y comestibles propias de la primera infancia. En otra oportunidad él y yo nos fuimos en nuestras respectivas bicicletas desde la casa de mi abuela a mi casa, que entonces estaba en la
"Abate Molina", la idea era que dejara de andar en la vereda y aprendiera a andar entre los autos, en el asfalto, ahí donde se ven los valientes... Conversamos miles de cosas sin sentido. Yo tenía nueve años. Cinco años después me lo encontré en el centro y me invitó a tomar un gigantesco helado doble bañado en chocolate... Después de eso no lo vi más... Esporádicamente... Y eso.
Yo no era la única tratada con afecto, éramos todos los primos y la explicación va en que siempre quiso ser padre y nunca encontró una mujer que le diera un hijo. Se casó posteriormente, es cierto, pero no tuvo hijos propios... Los hijos de su esposa pasaron a ser los suyos y los nietos que vinieron, sus nietos y así...
La fauna humana existente entre los hermanos y sobrinos de mi padre es variopinta... Si no...
¿Cómo se explica la existencia de ese demonio?
Ese que es cubierto por el progenitor y que me hizo conocer a la fuerza esto de la carnalidad a los cinco años. Todos sabían lo que me pasó, pero se hacen los tontos... Así es la familia parece... Por lo menos, esa familia.
La existencia de ese monstruo se contrapone a la de mis otros primos paternos, gente de esfuerzo y sentimientos puros. A la de mi tía, hermana mayor de mi padre, que me quería mucho y a la cual también quería. No sé porque, para mí, era perdonable en ella que se hiciera la tonta con lo que me pasó... Todos la quisimos y la recordamos con cariño. Ese engendro es un punto negro en medio de todo este sinfin de mentes y cuerpos unidos por la sangre y los genes.
A estas alturas mi padre debe estar en la cama con mi madre conteniendo la tristeza, resulta que no quiere llorar porque no desea afectarme y me siento miserable por esta estupidez del litio y el dormonid... Pudieron llorar dos desgracias seguidas. Una más dolorosa que la otra. El dolor de la muerte es inevitable, especialmente si mi padre es cardiópata y mi madre diabética e hipertensa... Es inevitable, pero el dolor de la muerte de un hijo es catastrófico, descuartizante y destructor. Yo no me vuelvo consciente... No... Es como estar torturando a mis padres en vida... Sí, es como hacerlo cuando quiero irme a ese mundo paralelo custodiado por
"la pelá".
Además de contener la tristeza, mi padre ya sabe de antemano que no iré ni al velorio, ni al funeral, porque sé que "el demonio de la colmena" y su padre irán y no quiero terminar deseando tomar pastillas otra vez.
Las cosas son así en mi vida. Ellos saben que no puedo ver al
"demonio" ese pero, por lo menos mi padre, sigue con esto en pie de que la familia es la familia... Ya, si soy bastante injusta... Puede que no sea tan asi, que igual quiera molerlo a golpes por lo que ese demonio me hizo siendo tan niña, pero es cobarde... Puede que de ahí me venga ese rechazo que le tengo a los cobardes, a eso y a que
"el otro hombre" fue cobarde al irse a España y dejarme sola... Y bueno... La madeja se enredó y dio paso a otras cosas que nada tienen que ver con el deceso de mi tío.
Afuera no hay luz, la noche está calurosa y negra como la boca del lobo. Mis primos, que estaban en masa pasando unos días en Vilches, vienen bajando de las montañas para estar aquí. Es así. No hay de otra... Así tiene que ser.