sábado, 9 de junio de 2007

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

**Este es un trabajo que realicé para un ramo de la U... Una semana completa recorriendo el hospital, recopilando testimonios y observando la realidad... Aún tengo que pulirlo más, pero quiero compartirlo con ustedes... Disculpen por su extensión, pero como ya les dije es un borrador... Es que cuando escribo sobre temas que me interesan, me inspiro demasiado... jejeje.**

Una tarde hospitalaria

A través de un breve recorrido por las diversas dependencias del Hospital regional de Talca nos dedicamos a observar cual es la realidad que se esconde detrás de las añosas paredes de este lugar, capturando la visión de pacientes y funcionarios respecto a la atención, el estrés y los cambios estructurales, temas muy en boga hoy dentro del ambiente que reina en el lugar

17:00 hrs. Sala de espera del Hospital de Talca. Un grupo de desconocidos se encuentran sentados frente a un televisor que a esa hora muestra a una muchacha que le pide perdón a su novio por ser tan distante, una niña de unos quince años observa con atención mientras a su lado, una mujer que parece ser su madre está concentrada en otras cosas. Ella observa atentamente las pequeñas puertas denominadas boxes, de las cuales entran y salen personas en diversos estados… Unos vendados, otros cojeando, depende de las circunstancias que hayan rodeado el accidente que les hizo llegar hasta ahí. Junto a las dos mujeres se encuentra otra potencial paciente de esta sección del recinto, se llama María y está rígida, no puede moverse mucho porque su problema a la columna no se lo permite:

“Estoy esperando desde las dos de la tarde que me atiendan por este dolor tan grande que tengo en la columna, no puedo caminar… Pero a lo mejor hubo un accidente ¿Cómo no han llamado?”
Asegura mientras trata de acomodarse.

La vida del Hospital regional no ha estado exenta de sobresaltos desde hace un tiempo. Si hacemos memoria hace seis años los medios locales se concentraban en la extraña muerte de cinco bebés producto de una bacteria encontrada en el alimento parental que recibían en la unidad neonatológica. Recién en marzo de este año se determinaron responsabilidades en el hecho, pero mientras los tribunales hacían su trabajo, otras situaciones relacionadas con nuestro centro de salud impactaron a la ciudad, entre ellas el cambio de bebés perpetrado en el 2005, del cual sólo se supo el año pasado, concentrando la atención de la prensa a nivel nacional. Sin embargo, en abril de este año de alguna manera nos vimos inmersos en una especie de Deja vú cuando se supo que un bebé había fallecido en neonatología producto de una bacteria, la serratia ¿Les recuerda a algo este caso?.

Desde hace muchos años las críticas a la atención dentro del Hospital son casi parte del ideario popular, todos tienen algo de que quejarse, incluso quienes son acusados de negligentes y despreocupados del paciente. Al ingresar a aquel edificio con más de 70 años de antigüedad nos damos cuenta de que el ambiente es tenso y si nos ponemos a exagerar el estrés se respira en el aire. A través de los gélidos pasillos de aquel edificio enorme e impersonal se observa a un sin fin de gente esperando saber de sus seres queridos.

Juana Bustos está junto a su marido esperando el turno de entrar a ver a su hija a Neonatología. La pequeña llegó a este mundo con apenas 32 semanas de gestación. Al consultársele respecto a la atención recibida dentro del recinto asistencial, ella señala que:

“Yo no diría que la atención que nos dan en el hospital es mala, pero tampoco es buena, porque de repente se olvidan un poco de los pacientes. Yo misma… tuve a mi hija sola… La enfermera no vino nunca a verme a pesar de que le decía que sentía la cabecita de la niña y cuando llegó el matrón yo ya había tenido a mi guagua (…) Las enfermeras se mandan más los condoros que los doctores.”


Dentro de todas las quejas contra las atenciones hospitalarias, la que más prima es la dirigida al personal de enfermería y paramédico. Cada una de ellas hace referencia a la poca atención y al poco tino que se tiene a la hora de manejar las necesidades del paciente. Que son bruscas, que no toman en cuenta, que tratan mal, que pasan el rato conversando… Todo esto es sólo una muestra de lo que llega a decirse de su accionar dentro de los diferentes espacios del lugar. Una de las auxiliares del recinto, que sólo quiso identificarse con el nombre de Margarita, dice que la gente muchas veces no entiende su trabajo, ni las condiciones en las cuales ellas deben trabajar:

“La gente no tiene idea del trabajo que se hace acá. Ignora a veces el tipo de trabajo, las cosas que se hacen, que a veces corremos contra el tiempo, corremos contra nuestros propios problemas, hartas cosas y de repente la gente mal interpreta”.

Controlar, medir, dar tratamientos es parte de la rutina que cada uno de estos funcionarios debe realizar los 365 días del año a diversas personas que hacen ingreso aquejadas de alguna enfermedad. Ella admite que a veces cae en el error de olvidar lo que le han pedido o simplemente desentenderse un rato de todo lo que hace:

“Pero muchas veces es por la carga de trabajo. De hecho esta es la hora (19:00 hrs.) en que estamos súper ocupadas, controlamos, medimos, damos tratamientos, un montón de cosas y ahora recuerdo que tengo que ir a ver al paciente de la cama 12, que tenía que controlarlo hace rato y no lo he hecho.”

Por su parte, Roque Martínez, Dirigente de FENATS en el Hospital señala que muchos de estos problemas se deben a que existe un clima laboral un poco enrarecido debido a la poca infraestructura que se posee para dar una atención adecuada a los pacientes:

“Hace diez años se remodeló el Hospital… Hoy eso quedó chico y está quedando obsoleto en vista de las nuevas necesidades. Los laboratorios están quedando chicos con los nuevos implementos, porque ocupan más espacio los nuevos equipos. Hay más tecnología… hay que estar reparando, echando cosas abajo para construir nuevos espacios.”

18:45 hrs. Los pacientes que esperan en urgencias escuchan el siguiente mensaje:
“A los pacientes de la sala de espera se les informa que los box de atención se encuentran con pacientes en espera de ser atendidos. Les recordamos que todos los consultorios están con el SAPU abierto desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche. Muchas gracias.”
Cuando se cierra el micrófono ante la molestia de todos los usuarios se escucha una voz furibunda entre la gente que dice:

“¡Con eso nos están diciendo que nos vayamos todos a la chucha!.”

El rostro de la señora María cambia de semblante, no ha comido, no ha podido avisar que está en urgencias y menos puede moverse:

“¡Imagínese! Eso debieron haberlo dicho denantes, no ahora estoy hace casi cinco horas esperando. Por lo menos que avisen que no van a atender a las personas.”

¿Usted considera que acá no se da una atención digna… que debiera mejorar?
“De todas maneras debería mejorar. En ocasiones anteriores he estado hasta las dos o tres de la mañana para que me atiendan, incluso sangrando he estado aquí y no me atienden. Una vez tuve un accidente, me partí la ceja, sangraba copiosamente y no me atendían. Ese día llegué como a las ocho de la noche.”


El miércoles 18 de abril, luego de que el escándalo serratia había explotado, fueron anunciadas una serie de medidas para mejorar la atención a los usuarios, además de la anacrónica infraestructura del centro de salud maulino. El gobierno destinó 35 mil millones de pesos para transformarle la cara a este lugar y provocar de alguna forma que deje de bailar con la fea en medio de este baile.

“Hoy día el Hospital nuevo forma parte de todo un complejo hospitalario. En este momento lo que está terminando de construirse, que debiera estar entregado de aquí a fines de noviembre es el CDT.
Está ya incorporado el nuevo pensionado más el edificio de anatomía patológica y lo que corresponde ahora construir es la torre de hospitalización, de la atención cerrada. Con eso completamos entonces este complejo hospitalario de Talca.”

Señala René Cárdenas, Director del Servicio de Salud del Maule. Cuando se le consulta acerca de cuanto tuvo que ver el escándalo de la SERRATIA en la implementación de nuevas instalaciones en el centro asistencial, es enfático al decir que este era un plan que estaba dentro de la agenda de la Presidenta Michelle Bachelet desde hace un año:

“El calendario de construcciones que tiene el Ministerio de Salud contemplaba el nuevo Hospital de Talca. El 21 de Mayo del año pasado la Presidenta lo anunció en su mensaje como un nuevo Hospital para la ciudad de Talca y nosotros lo hemos estado anunciando hace varios meses también.”

El nuevo edificio contará con instalaciones en las cuales se concentrarán cada una de las especialidades que hoy están dispersas por todo el terreno que alberga las instalaciones del “Regional”. Medicina, traumatología, maternidad, pediatría, entre otras estarán concentradas ahí como una verdadera columna vertebral, lo que de alguna manera terminará con una de las más grandes falencias estructurales del lugar, la distancia que existe de un sitio a otro, además de cubrir ka gran demanda de atenciones que existen desde hace 30 años. Respecto a esto Roque Martínez indica que este dinero viene a satisfacer esta necesidad, la de acortar el trayecto desde Maternidad a pabellón, por mencionar un ejemplo:

“Debido a su antigua estructura no cumple con estándares intra-hospitalarios que se están exigiendo a través de todo el mundo. Es un hospital antiguo, entonces estamos todos dispersos. Hoy en día las nuevas exigencias de salud dicen que tiene que estar todo el edificio concentrado, especialmente aquí, donde llegan pacientes de distintos lados rurales lo que le da la calidad de un hospital de alta complejidad.”

También agrega que las distancias que se deben recorrer con un paciente en camilla de un lugar a otro es uno de los factores que provocan enfermedades “oportunistas” como el resfrío en estas personas:

“La construcción del hospital estaba en carpeta desde hace un año, pero no hay que negar que el problema de la SERRATIA aceleró el proceso de construcción.”

Expresa Martínez.

Las reformas de salud que hasta ahora se han implementado en el país no se notan dentro del mundo paralelo que se vive en el interior del hospital. No hay implementos necesarios, faltan profesionales y el personal paramédico se siente estresado y, para más remate, cuestionado:
“Después de todos los problemas que ha habido, hay un nivel de estrés y de recarga emocional muy grande, porque todos los ojos están puestos en la gente que trabaja acá y señalan que nosotros somos responsables de todo lo que ocurre.”
Se lamenta Margarita, la auxiliar paramédica.

El año pasado los trabajadores del hospital interpusieron un recurso de protección en Tribunales debido a la recarga de trabajo de la que se sentían víctimas, a esto se sumaba que la planta de trabajadores no se renovaba desde hacía 30 años.

“En este país estamos metidos dentro de una reforma, una reforma que no se ha notado en salud porque ha habido pocos recursos. Si tú comparas con la reforma del sistema judicial se ha notado porque ha habido nuevos cargos, nuevos edificios, nuevos sueldos. El sistema de reformas de salud se ha notado poco porque nadie ha ido a ordenar el cuento.”

De esta manera ve el panorama dentro del hospital uno de los doctores que trabaja día a día en este sitio. El profesional, que prefirió reservar su nombre, asegura que la ineficiencia es una de las cargas más pesadas que debe soportar el sistema actual, pues no hay quien regule la adecuada prestación de servicios a los pacientes:

“No hay jefaturas. Las direcciones de hospitales y servicio siguen siendo nominadas políticamente y no técnicamente y si bien es cierto tenemos una reforma que dice que todos los directores del Servicio o los directores del
hospital tienen que ser cargos técnicos y en el servicio se ha llamado a concurso tres veces y todavía no se ocupan los cargos, entonces eso es un poco chacota al sistema, porque mientras no llegue un técnico que ordene todo podemos encarecer enormemente el sistema lleno de ineficiencias porque estamos jugando a la política partidista.”

Y continúa afirmando que la actual dirección del Hospital es carente de elementos técnicos debido a estas mismas presiones políticas, asegurando que su permanencia en el sillón directivo del hospital depende sólo de la confianza política que ella posee.

Hoy en día vivimos en un sistema salvaje donde nos preocupamos sólo de nosotros dejando de lado la preocupación hacia otros. De esta forma podemos observar como el sistema de salud, no sólo en Talca, sino que en todo el país está cayendo en una línea deshumanizadora. Inevitablemente todos, incluyendo la salud, caen en la vorágine moderna con las consecuencias expuestas en este reportaje. Es necesario partir de la base de todo, mejorar las condiciones laborales de los 1500 trabajadores existentes en el hospital de Talca para, de esta manera, seguir con todo lo demás, pero más que eso la gestión tiene que ir encaminada a solucionar los problemas sanitarios y laborales de la gente que convive día a día en el hospital. Funcionarios y pacientes.
**LAS FOTOS FUERON EXTRAÍDAS DE LA NACION, EL AMAULE Y EL SERVICIO DE SALUD DEL MAULE**

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