lunes, 5 de septiembre de 2005

DIA DOMINGO

Hoy fui a trabajar... yo siempre trabajo los fines de semana y eso me gusta, me hace no encerrarme en casa a mirar las amarillas paredes de mi pieza y los poco adecuados posters que intentan no hacerlas ver tan desnudas.

Hoy me tocó viajar fuera de mi ciudad. Quería cambiar de aire y salir, así que le agradecí a mis jefes que me enviaran a reportear una actividad típica de fin de semana en un pueblo que a mi me cuesta visitar... Pero ellos no lo saben.

Me trajo tantos recuerdos pisar esas calles de nuevo.

Las pisé por última vez hace tres años.

Recuerdo que yo no conocía nada de ese lugar, el único que sabía algo de aquel paraje sumido entre la carretera y la Cordillera era la persona con la cual me vi en dos oportunidades allí.

Las casas son coloniales y las calles explotan de verdor. Como en todo pueblito pequeño y ciudad gigante hay una plaza con una típica iglesia que tiene una millonada de años, generalmente llena de reliquias. Yo no ví eso hasta hoy, porque cuando lo esperaba no veía eso, sólo lo que él iba a llegar y que sería la mujer más feliz del mundo... En fin, esa historia ya pasó y quisiera dejar de ser la típica mujer que recuerda cada vez que pasa por un lugar significativo en su vida.

No existe más en mi vida que eso.

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